Espléndida película de 1958 que curiosamente permanece imborrable en el recuerdo (por lo espeluznante de algunas escenas), de los que la vieron por primera vez en televisión siendo chaval, y que ahora ya son respetables padres de familia. Fascinante, sorprendente, sugestiva y brillante; con una sublime fotografía en blanco y negro que recrea una atmósfera de pesadilla y que se ve reforzada por una banda sonora inquietante. Éstos son algunos rasgos que caracterizan éste thriller de horror psicológico sobre un asesino de niñas, obra del cineasta Ladislao Vajda y que en ocasiones nos remite a “M, el vampiro de Düsseldorf” de su mentor Fritz Lang.
"Una niña aparece asesinada en el bosque de un pequeño pueblo suizo; la investigación comienza muy pronto, pero las sospechas recaen en el viejo vendedor ambulante que encontró el cadáver; solamente el comisario Matei duda de su culpabilidad, pero se acaba de retirar y deja el caso en manos de un compañero. Mientras, el anciano, no resistiendo la situación, se suicida en su celda. Ya en el aeropuerto el comisario repara en algunos detalles contados por los niños de la escuela y decide investigar por su cuenta..."
Coproducida por cuatro países: España, Alemania, Francia y Suiza, “El cebo” resulta una magnífica muestra del género y del cine europeo, convirtiéndose en todo un clásico cinematográfico; donde se narra con una maestría fuera de lo común, una tórrida historia capaz de seguir poniendo los pelos de punta a más de uno.
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